El Tribunal argentino ordenó que Cristina Kirchner, de 72 años, cumpla prisión bajo modalidad domiciliaria en su residencia del barrio Constitución, donde deberá portar un dispositivo de vigilancia electrónica.
La medida llega una semana después de que la Corte Suprema de Argentina ratificó su condena por administración fraudulenta en contratos de obras públicas en Santa Cruz, durante sus mandatos como presidenta entre 2007 y 2015.
Desde hace días, seguidores de Kirchner se concentran frente a su casa con pancartas y mensajes de apoyo, pese a las bajas temperaturas del invierno austral. También hay protestas en su contra, con gritos como: “¡Van a ir todos presos!”.
Una gran movilización fue convocada para este miércoles, con la presencia de partidos políticos, organizaciones sociales y gremios, en respaldo a la exmandataria.
En paralelo, el presidente Javier Milei amplió por decreto las facultades de la Policía Federal, que ahora podrá realizar arrestos y requisas sin orden judicial, además de vigilancia digital.
Organizaciones civiles como Correpi advirtieron que estas medidas representan una amenaza a los derechos y garantías ciudadanas.
Kirchner podrá recibir visitas de familiares, abogados y médicos, pero necesitará autorización judicial para ver a otras personas. La condena fue ratificada días después de que anunciara su candidatura a diputada.
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